«3, 2 o 1… Tú y yo lo sabíamos», el legado de Joaquín Luqui

«La primera vez que hablaste de mí en la radio, yo te estaba escuchando y fue una de las sensaciones más abrumadoras de mi carrera. Tú no vendías canciones ni artistas; tú regalabas tu intuición y los que te escuchaban sabían que no les defraudarías. Tres, dos o uno, querido Joaquín. My friend…, para mí solo habrá un número uno: Tú«.

Ocho años después de su fallecimiento, se publica el testamento musical de «el corazón de la radio«. Así define el cantante Alejandro Sanz a Luqui en el prólogo del libro, al que pertenece el párrafo anterior. Definidas como «memorias inéditas» y confeccionadas a partir de manuscritos mecanografiados por la inseparable Olivetti del navarro, «3, 2 o 1… Tú y yo lo sabíamos» es un viaje de The Beatles a Nirvana a través de la mirada y los recuerdos de, en palabras de Tony Aguilar -su sucesor- «un genio que amó Los 40, la música y los fans por encima de todo«.

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[Pasaje de uno de los capítulos dedicados a The Beatles]

Casa-del-Libro

José Miguel López, conductor de Discópolis en Radio 3, avisa: «No busquéis en el libro erudicción ni análisis históricos son escritos algo deslabazados pero agrupados con la esencia de Luqui (…) una pieza importante en la radio musical (…) que me ha interesado más escribiendo aunque su carisma era innegable«. Juanma Ortega, que también fue figura capital de Los 40 pero que no envejecerá en ella, deja en el aire una pregunta con carga de profundidad: ‏»Me da vueltas en la cabeza una pregunta: ¿El ERE de la SER se hubiera cargado a Joaquín Luqui si siguiera vivo?«. Juan de Dios Rodríguez, vinculado durante años a PRISA Radio -antes Unión Radio- define a Joaquín Luqui (Los 40, SER, M80) como «uno de los periodistas musicales y el prescriptor mas importante que ha dado la radio y la televisión de nuestro país» y exuda nostalgia al recordar al locutor:

«Le había visto hacer sus peculiares turnos de treinta a cuarenta minutos en la FM de Radio Madrid poniendo los discos hacía la mitad, anotando en sus mil y un papelitos, con su minúscula letra que solo él entendía, algún recado o mensaje de cualquiera de las miles de llamadas que tenía que atender mientras los promocioneros de CBS, EMI, RCA, Hispavox, Polydor, Fonogram o Zafiro le asediaban con sus objetivos. Le iban a visitar poco antes del turno y, en su recorrido por el pasillo de la segunda planta hasta la llegada al estudio 8 de la radio –la FM-, cada uno le iba contando las últimas novedades de su compañía.

Años después, con la implantación de la fórmula, la permisividad fue desapareciendo y cuando Revert se marchó a la COPE lo pasó mal, de hecho el Grupo quiso deshacerse de él, y tuvo que salir en su defensa Luis Merino para preservar su valor y patrimonio como una de las voces y estilos esenciales, personales, particulares y que mas había hecho por Los 40 Principales y la música en nuestro país».

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Reportaje acerca de Joaquín Luqui / PRISA Radio

Remontándonos a una etapa anterior, ya apuntada por las palabras de José Miguel López, Darío Vico abunda en Efe Eme en esa opinión acerca de Luqui:

«Una de las cosas que más me llama la atención es que ni siquiera en el Wiki, el sacrosanto Wiki, se recuerda que fue fundador y director musical en su primera etapa de Disco Exprés (con una sola s), uno de los empeños periodísticos más singulares de la historia de la prensa y el pop español.

Supongo que muchos jovenzuelos modernos pensarán que Luqui llenó Disco Exprés de Karinas, Fórmulacincos y Raphaeles (que tampoco habría pasado nada), pero no, en el primer número, del 15 de diciembre de 1968, la portada es para un Beatle (…) Disco Exprés -etapa Luqui- era una extraña mistura que refleja bien la personalidad de Joaquín, que era la de muchos españolitos de la época, fans de la música (que eso es lo que era y fue siempre, y luego lo recalcaremos); una visión mucho más amplia que no cortaba los picos molestos, ni por arriba, ni por abajo; en el primer número hay artículos dedicados a Massiel… y una recomendación sobre un nuevo intérprete, ¡Terry Reid! de quien no se volvería a oír hablar en España hasta que los redactores de Rockdelux leyeran cuarenta años después en Mojo que era “seminal” (…) En el número dos comparten portada, con dos huevos peludos como soles de María, nada menos que Mick Jagger y Benito Lertxundi, y es que la pala de Luqui cava en el underground -que tiene sección propia, porque en el 68 o eras “undergrún” o no eras- y en las músicas de raíz».

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Iñaki Gabilondo, una de las voces que presentaron el libro, pone en contexto la trayectoria de Joaquín Luqui:

«En los años del franquismo, cuando todo parecía estar quieto, se movían muchas cosas, los grupos políticos activos o los sectores artísticos más dinámicos pero no se ha mencionado mucho lo que sacudió las aguas de un país que era un cuartel: La música. Y quienes fueron abriendo puertas con la música los tengo colocados en el territorio de los que introdujeron el nuevo tiempo de una manera muy directa. Y ahí andaba mucha gente suelta abriendo caminos y explorando nuevas vías: Alfonso Eduardo o Pérez Orozco en Radio Popular de Sevilla, Ángel Álvarez con Caravana y luego Vuelo 605 y un muchacho que a principios de los años sesenta conocí en Pamplona y que hacía en Radio Requeté, emisora de la SER, hacía Requeteritmo.

Era Joaquín Luqui, nos conocimos haciendo periodismo aunque él era más joven que yo. Fue un choque: Luqui y su técnico hacían filigranas técnicas como saltos de plato o cambios de velocidades. Luqui hablaba a la gente de una manera muy particular, por eso, además de considerarlo un magnífico profesional también un enviado de los fans al mundo de la música elegido de entre ellos (…) Luego fuimos compañeros muchos años más ya en Madrid pero siempre lo recordaré como aquel pionero que, en compañía de otros situados en distintos sitios, iba tirando piedras sobre aquel lago que estaba dormido. Cuando después llegaron los reconocimientos a todos los que en la dictadura se habían movido echaba a faltar que alguien citara a la gente del mundo de la música que introdujo verdaderas novedades».

Gabilondo guarda un recuerdo del navarro «siempre feliz y con los ojos muy abiertos (…) amó la profesión, pero sobre todo amó a los oyentes y hablaba para ellos«. Fiel a esa imagen, que se antoja unánime, la recaudación de «3, 2 o 1… Tú y yo lo sabíamos» -una de las frases acuñadas por Luqui relacionada con la forma de selección de los éxitos que sonaban en Los 40- estará destinada a fines solidarios.

[imagen: Alberto Morales para SGAE]

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