«Estoy en un momento dulce que intento disfrutar a diario, y estoy muy contento de haber dado ese paso, tanto en lo personal como en lo profesional (…) El cambio de trabajo supuso todo un reto para mí después de trabajar muchos años en espacios de madrugada».
Es el balance de Benítez tras comenzar su tercera temporada en Julia en la Onda. El verano de 2011 fue el de su pase a Onda Cero desde la Cadena SER, en la que llevaba casi dos décadas. Más de la mitad de este periplo en Si Amanece, nos Vamos, el desaparecido espacio de las madrugadas dirigido por Roberto Sánchez, ahora segundo de a bordo de Carles Francino en La Ventana.
El periodista barcelonés, subdirector del extinto programa, forma parte actualmente del equipo de Julia Otero y se deja oír en la Mesa de Redacción, sección de la primera hora del magazine. Benítez resume sus últimos años profesionales coincidiendo con la concesión de un Premios Ondas a su actual jefa comentando como «los Ondas, que durante años viví desde dentro, premian a Julia Otero, la persona que profesionalmente creyó en mí en un momento difícil«.
Aunque nacido en Castelldefels, Gregorio ‘Goyo’ Benítez tiene raíces familiares emeritenses que le han convertido en protagonista de Catalana con Jamón, reportajes y entrevistas para el diario Hoy a cargo de Francisco Javier M. Romagueras, barcelonés residente en Extremadura desde los años ochenta autor de «un espacio de intercambio cultural (…) desde el viaje de ida y vuelta entre los dos territorios (…) y la convicción de que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa«. Benítez explica a Romagueras el círculo vicioso en el que andan atrapadas las cadenas de radio:
«La radio no es ajena la situación de crisis que tiene mucho que ver con la situación laboral, cada vez más precaria, de sus profesionales. Los medios ingresan cada vez menos dinero, las radios privadas cada vez tienen una porción del pastel publicitario más pequeña y eso redunda en el abaratamiento de los costes (…) Los profesionales de la comunicación vemos como nuestro trabajo va perdiendo valor y los empresarios lo tienen claro: si el precio de mercado de nuestro “producto” baja, el coste de la mano de obra tiene que descender. Y con la bajada de precio también llega la pérdida de calidad de los contenidos que ofrecemos.
Ahí es donde entramos en el círculo vicioso, porque a la pérdida de calidad de los contenidos el público responde cada vez con menos interés. Y así sucesivamente. Luego está también la competencia de los medios digitales frente a los medios de masas tradicionales: Radio, prensa escrita y televisión. La audiencia se ha fragmentado y eso nos ha hecho más débiles a los que trabajamos en el sector más tradicional».
[imagen: Onda Cero]